Origen y primeros pasos de la historia del café
- Etiopía, el hogar original: Se cree que el café se originó en la provincia de Kaffa, en Etiopía, alrededor del siglo IX. La leyenda cuenta que un pastor de cabras observó cómo estas se volvían más enérgicas después de comer unas bayas rojas de un arbusto.
- De África a Arabia: Desde Etiopía, el café llegó a la Península Arábiga, donde se comenzó a cultivar y a consumir. Los árabes fueron los primeros en tostar y moler los granos, preparando una infusión.
- Expansión por el mundo islámico: El café se propagó rápidamente por el mundo islámico, llegando a Persia, Turquía y el norte de África. En estas regiones, se establecieron las primeras cafeterías, conocidas como «qahveh khaneh».
Llegada a Europa y el Nuevo Mundo:
- Introducción en Europa: A finales del siglo XVI, el café llegó a Europa a través de Venecia. Su consumo se popularizó rápidamente entre la nobleza y la burguesía, quienes apreciaban sus propiedades estimulantes.
- Expansión en las colonias: Los europeos llevaron el cafeto a sus colonias en América, Asia y África. Brasil se convirtió en el mayor productor mundial de café gracias a su clima tropical y sus extensas tierras cultivables.
- La fiebre del café: En el siglo XVIII, el café se convirtió en una bebida de moda en toda Europa. Se abrieron numerosas cafeterías, que se convirtieron en centros de reunión y debate intelectual.
El café en la actualidad:
- Bebida global: Hoy en día, el café es una de las bebidas más consumidas en el mundo. Se cultiva en más de 70 países y se disfruta de múltiples formas: espresso, capuchino, latte, etc.
- Diversidad de variedades: Existen miles de variedades de café, cada una con sus propias características de sabor y aroma.
- Cultura del café: El café ha trascendido su función como simple bebida, convirtiéndose en parte de la cultura de muchos países. Se celebran festivales, concursos y se han creado rituales en torno a su preparación y consumo.
A nivel mundial, el café se expresa de formas tan diversas como las culturas que lo consume. América Latina es famosa por sus granos suaves y bien equilibrados. Países como Colombia y Brasil producen algunos de los cafés más consumidos, con perfiles de sabor que varían desde notas achocolatadas y nueces hasta acidez brillante y afrutada. Etiopía , el lugar de nacimiento del café, ofrece una experiencia floral y frutal, donde los granos de las regiones de Yirgacheffe y Sidamo son apreciados por sus características exóticas.
En Asia , especialmente en países como Vietnam e Indonesia, el café toma una forma robusta e intensa. Vietnam es conocido por su café robusta, fuerte y terroso, a menudo servido con leche condensada, mientras que Indonesia ofrece cafés con notas especiadas y terrosas, como el famoso Kopi Luwak, uno de los cafés más caros del mundo.
En Europa , el café es una experiencia social. Italia es sinónimo del espresso, una pequeña pero potente dosis de café que define la cultura cafetera del país. En el norte de Europa, países como Finlandia y Suecia, donde el consumo de café per cápita es altísimo, se prefieren las tazas grandes de café filtradas, consumidas lentamente en conversaciones largas.
En el mundo árabe, el café tiene una connotación ceremonial. El café árabe o «gahwa», se prepara lentamente con especias como el cardamomo, y su consumo está profundamente enraizado en la hospitalidad.
Sin importar el rincón del mundo en el que nos encontramos, el café refleja el paisaje, el clima y las personas que lo producen. El auge del café de especialidad ha permitido que más personas exploren estas diferencias, destacando aspectos como la sostenibilidad, el comercio justo y el procesamiento artesanal de los granos. Hoy, un café de Etiopía puede tomarse en Melbourne o Nueva York, llevando consigo siglos de historia y tradición.
Lo que hace del café una bebida tan especial es su capacidad para adaptarse a la cultura y los gustos locales, mientras conserva su esencia. Con cada sorbo, viajamos por el mundo, descubriendo nuevos sabores y conociendo las historias detrás de cada grano.
